"Esto es lo que yo deseaba: una parcela de campo no muy extensa, con un huerto, un manantial junto a la casa y su poquito de bosque dominándolo todo. Esta vez los dioses han satisfecho con creces mi deseo" (Horacio)

 

3 de enero de 2001

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Hoy, hace un año, abrimos estas páginas, desde entonces hemos trabajado en ellas cuando hemos tenido tiempo, sin planificación alguna, sin objetivos, sin idea de a donde nos conducían y sin tener muy clara su utilidad, el resultado son las miles de páginas que en un total y absoluto caos constituyen hoy WWW.CARRETERAS.ORG.

Los que realizamos estas páginas (empezamos cuatro y motivos laborales nos han reducido a dos) tenemos como único y principal objetivo aprender y divertirnos realizándolas, no aspiramos a que nadie nos tome en serio, escribimos lo que pensamos y si a alguien le agrada lo que hacemos, encantados. A algunos les hubiera gustado que éstas fueran unas páginas asépticas, insípidas,   totalmente desnatadas y políticamente irreprochables pero, como bien sabe nuestra comprensiva novia,  tenemos una incapacidad congénita para tales virtudes. Estamos convencidos de que podemos estar equivocados en mil cosas de las que escribimos, de hecho seguimos y seguiremos siendo de por vida "esos que tienen tanto que aprender", pero nadie jamás nos podrá acusar de defender en ninguna de estas páginas algo que no creemos ni de no dar cabida a todo el que desee rebatirnos.  

Este pasado año hemos tenido mas visitas de las que nunca pensamos (y sin enseñar un sólo pecho) y menos colaboraciones de las que nos hubiera gustado, pero, sin lugar a dudas, nuestro mayor tesoro son los correos de felicitación recibidos. Maravillados por esa gente que ni conocemos ni nos conocen y que a pesar de nuestras muchas tonterías han dedicado un poquito de su tiempo a darnos las gracias y felicitarnos, hemos tenido fuerzas para llegar hasta el día de hoy. Ellos han sido nuestra gasolina.

En fin, tras un año de labrar nuestro huerto no podemos decir que los Dioses hayan satisfecho completamente nuestro deseo, pero casi.

Por último pedir, de nuevo, disculpas por los múltiples errores, faltas de ortografía y tonterías que hayamos podido colocar este año pasado y  que hayan podido confundir, indignar y molestar a algunos pero que lo disculpen por la por todos conocida: IRRESPONSABILIDAD DE LA INFANCIA.

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