Uno de los aspectos que más preocupa a los gestores del tráfico y a los operadores de mensajería variable, es el de la proximidad al PMV de ciertos eventos peligrosos en el tráfico. El conductor tiene un margen limitado de reacción y de acomodación a la situación, especialmente en vías de alta velocidad. Frente a la omnipresencia de los signos estáticos en la red viaria, en una relación figura-fondo en el contexto del tráfico, los PMV son más ilustrativos y salientes que los signos estáticos, captan más la atención, lo que refuerza su capacidad de influencia. Pero el problema no es la identificación de una información importante, sino la dimensión espacio-temporal: cuándo se arriba a un evento, cuánto tiempo se retiene la información, cuánto tiempo se mantiene una alerta vigilante. Por otra parte, los PMV son instrumentos más flexibles que los signos estáticos de tráfico, pero también más problemáticos. Frente al ámbito ampliamente estructurado de los signos estáticos, nunca sabemos qué peligro específico vamos a tener que anunciar en un PMV. Frente a un rango relativamente estrecho en la distancia entre el signo y el evento (150-250 m para advertencia de peligro; 500-1000 m para avisos direccionales, etc.), la distancia del panel al evento peligroso nunca está determinada de antemano en los PMV. Esta cuestión nunca ha sido vista como un problema, más bien se ha notado su efecto ventajoso, «podemos anunciar un peligro por congestión a 15 kilómetros». Sin embargo, recorrer 15 kilómetros a 120 km/h cuesta unos 8 minutos, lo cual cuadruplica el estándar asimilado por el conductor de lo inminente y lo inmediato, construido a partir de la experiencia con las señales estáticas.
minutos | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 |
metros | 2.000 | 4.000 | 6.000 | 8.000 | 10.000 | 12.000 | 14.000 | 16.000 |
En la práctica, la solución a esta cuestión pasa por asumir que los avisos de peligro deben encontrarse relativamente cerca de los PMV y, consecuentemente, también pasa por adoptar varias normas para el uso de los PMV que advierten de un peligro.
Los mensajes que advierten del peligro hacen valer el triángulo rojo, pues facilitan información en caliente. Su objetivo es la seguridad vial, desencadenar una acción preventiva. Como el peligro está lo suficientemente cerca como para mantener la atención hasta encontrarlo, no es necesario indicar la distancia. El consejo «modere velocidad» refuerza la idea de lo inminente e inmediato.
Los mensajes que informan del peligro no incorporan el triángulo rojo, pues la información se facilita en frío. El objetivo contempla distintos parámetros: confort, eficiencia, movilidad (posibles re-encaminamientos), y seguridad vial. Por eso, es importante indicar una distancia que proporcione al conductor el margen de actuación suficiente para las distintas acciones posibles. Una distancia mayor del panel al evento (10 km, 20 km…), permite un margen más amplio de acciones.
Así pues, conviene distinguir entre advertencia del peligro e información sobre un peligro, tanto en su forma, como en su tratamiento y función. Esta distinción tiene por objeto proporcionar al conductor claves para descifrar qué mensajes requieren una atención especial, directa e insoslayable y qué mensajes requieren una mera toma de conciencia de una situación que puede o no aplicarse en su caso. El conductor puede así determinar, en el primer caso, que debe prepararse para afrontar una situación incierta y, en el segundo, que bien tendrá que afrontar ese evento en el medio plazo, o que tal vez pueda hacer algo para soslayarlo. Para distinguir ambos tipos de eventos, hay que proporcionar al conductor elementos de categorización, características que le permitan determinar que una información exhibida pertenece a uno u otro conjunto. En el Manual se proponen dos características para resolver el problema: la primera, mediante la representación pictórica del peligro (con o sin triángulo rojo); la segunda, gracias a la indicación de la distancia al evento (ausente o presente).
Se utilizará la advertencia de peligro en PMV (triángulo rojo), únicamente cuando los eventos peligrosos se encuentren cerca. En términos operativos, se entiende que cerca, con un flujo de tráfico de 120 km/h es el equivalente a entre 0 y 4 kilómetros, o a entre 0 y 2 minutos.
No se debe dar al conductor la oportunidad de relativizar si 500 m o 2 km significa cerca o lejos. Hay que habituarlo a tomar medidas en cuanto perciba el pictograma de advertencia de peligro (que modere su velocidad, que incremente y mantenga su atención, que esté más alerta), porque entienda que encontrará el peligro en breve, cerca, aunque de forma inespecífica.
Se utilizará la estrategia de informar –en lugar de la de advertir–, sobre un peligro en PMV, únicamente cuando los eventos peligrosos se encuentren relativamente lejos. Este rango se encuentra, con flujo de tráfico de 120 km/h a partir de unos 5 kilómetros o 3 minutos. Naturalmente, hay un margen de asignación de lo cercano y lo lejano en tiempo y recorrido a discreción de los Directores de los Centros de Gestión de Tráfico.
La distancia a los eventos lejanos se indicará en el PMV, en el formato que sea posible (distancia numérica, cualitativa).
Se presentará la información sobre un peligro aún lejano eliminando el marco triangular rojo.
Para los casos de meteorología adversa, la distancia de peligro cercano se duplicará (10 km) y los eventos lejanos pasarán a ser los que se hallen a más de 10 km.